Una tarde, a la llegada a Kuala Mandor B en el distrito de Kubu Raya, Kalimantan Occidental, Rabuansyah (44) espera en el complejo de viviendas para trabajadores PT Bumi Pratama Khatulistiwa (BPK). Es uno de los proveedores de PT Wilmar Cahaya Indonesia Tbk, una empresa multinacional que produce aceites vegetales y especiales para la industria alimentaria y el comercio en general.
Rubuansyah camina hacia la tercera casa del barrio residencial. Es una casa pequeña con una nueva capa de pintura gris. "Esta es una vivienda de la empresa que hemos convertido en nuestra secretaría", dice. "Hemos pedido permiso para demoler el salón y crear una sala de reuniones más grande. Rabuansyah está sentado en el suelo y habla del sindicato Serikat Buruh Kebun Bersatu (SBKB) que él y sus colegas fundaron en 2019.
Cumplimiento de derechos y obligaciones
Todo comenzó cuando tuvo que cuidar a su esposa, que había desarrollado una afección cardíaca. Tuvo que pagar los gastos médicos de su propio bolsillo porque el seguro de salud rechazaba los certificados médicos y no cubría esa enfermedad. "En aquel período, la empresa no cumplía de manera transparente con muchos derechos laborales. Solo los que sabían un poco sobre sus derechos, recibían la información necesaria", dice. Rabuansyah es electricista, pero sabía poco de derechos laborales.
Los trabajadores tenían que arreglar todo ellos mismos. Finalmente, Rabuansyah y sus colegas conocieron a una organización que defiende los derechos de los trabajadores palmeros. Decidieron crear un sindicato de trabajadores a principios de 2019. “Nuestro objetivo es garantizar que se respeten los derechos y obligaciones de los trabajadores. Anteriormente, muchos trabajadores con el estatus de Trabajador Diario Precario (BHL por sus siglas en indonesio) no tenían seguro médico y solo podían recibir atención médica en la clínica de la empresa. Ahora todos los trabajadores tienen contrato fijo y pueden ser derivados a hospitales externos", dice. Tres hospitales destacados prestan servicios médicos a la empresa, además de los hospitales gubernamentales.
Trabajador fallecido
El sindicato lucha no solo por la salud, sino también por otros derechos, como el transporte y los equipos de protección personal.
La primera causa personal que presentó el sindicato fue por un sereno con estatus de BHL. El hombre estaba crónicamente enfermo y necesitaba una derivación a un hospital. Por la ignorancia del trabajador, su familia pagó todos los gastos médicos de su propio bolsillo, hasta que finalmente murió.
La empresa solo dio una compensación de 1 millón de rupias indonesias (53 euros), a pesar de que el hombre había trabajado durante siete años en la empresa. “Junto con una organización de apoyo, llamamos la atención a la gerencia central de la empresa y del asesor en Singapur. Después de la reunión, admitieron que habían recibido muy poca información. Una semana después, un equipo de Yakarta vino a verificar la situación en la casa del trabajador fallecido. Al final, Wilmar le dio a la familia del trabajador 71 millones de rupias (casi 4.000 euros)”, dice Rabuansyah.
Muchas filtraciones
El dinero se utilizó para pagar las deudas de los tratamientos médicos del fallecido y reconstruir la casa. Antes su casa estaba en muy mal estado. Había muchas filtraciones. Llovía mucho durante las conversaciones. Los miembros del sindicato sintieron lo que sienten quienes viven en la casa e intentaron sentarse en un lugar donde no se mojaran. "Ahora que la casa del fallecido está en buenas condiciones, nos sentimos aliviados. Es invaluable", dice Rabuansyah, con lágrimas en los ojos.
Mayor productividad
Maman Rohman (49), originario de Java Occidental, es el nuevo presidente de SBKB. Añade que a menudo no hay intercambio de información entre la casa matriz y la plantación proveedora. "Con respecto a las regulaciones, el grupo de empresas se compromete a satisfacer las necesidades de los trabajadores, pero la plantación proveedora a veces es negligente. La plantación también considera a menudo las actividades sindicales como una forma de resistencia. Se necesita tiempo para que tomen conciencia de que los sindicatos fortalecen a los trabajadores, lo que en última instancia, aumenta la productividad”, explica.
Según el sindicato, el éxito de la empresa también impacta en el bienestar de los trabajadores. El sindicato se ha enfrentado varias veces a una dirección que no cumple con las normas aplicables. Después de salir en defensa de los trabajadores, la empresa adaptó su forma de actuar.
Una agenda común para la negociación colectiva
La organización continúa sensibilizando sobre los derechos laborales para que los trabajadores reciban una protección adecuada y para evitar que los despidos se produzcan al azar. Después de cinco años, el sindicato cuenta con 378 miembros -243 hombres y 70 mujeres- apoyados por 21 delegados sindicales. El sindicato está trabajando actualmente en un convenio colectivo de trabajo. “Hemos estado hablando del convenio colectivo de trabajo desde septiembre del año pasado. Inicialmente, la empresa establecía la agenda. Pero en estas negociaciones colectivas, determinamos los temas juntos", explica Maman. "Por ejemplo, que la empresa se encargue de los traslados desde el domicilio hacia el lugar de trabajo".
Más de siete horas al día
Además de los traslados son temas importantes en la negociación los equipos de protección personal y las horas de trabajo de los conductores de camiones. En el pasado, los trabajadores tenían que pagar su propio equipo de protección personal, como cascos, guantes y botas. Hoy en día, los proporciona la empresa, pero si se pierden, retiene una cantidad del salario del trabajador. El sindicato no está de acuerdo con esto. Las horas de trabajo de los camioneros que transportan aceite de palma siguen siendo un problema. Son pagados de acuerdo con las horas de trabajo legales. “En realidad, los choferes a menudo trabajan más de siete horas al día. Tienen que esperar hasta que la fruta esté procesada antes de transportarla, lo que se debería también considerar como horas de trabajo”, afirma Maman.
Todos estos importantes temas están ahora sobre la mesa durante las negociaciones colectivas.
Texto y fotografía: Aseanty Phalavi